
La calidad de una chapa de acero no solo depende de su composición, sino también de su tensión interna y planitud. Estos factores son cruciales para procesos de conformado y ensamblaje.
Mantener bajo control estos parámetros asegura la calidad y funcionalidad de los productos fabricados con chapas de acero.
- Tensión Residual: Durante la fabricación, las chapas pueden acumular tensiones internas que afectan su comportamiento. Estas tensiones se miden mediante técnicas como la difracción de rayos X o métodos destructivos, y su control es vital para evitar deformaciones en el producto final.
- Planitud: Se refiere a la uniformidad de la superficie de la chapa. Una chapa con buena planitud facilita procesos como el corte y la soldadura. La medición se realiza utilizando reglas, comparadores ópticos o sistemas láser, y se rige por normas como la EN 10029.
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